Friday 5 November 2010

dear leaf



Háblame despacio, casi imperceptible,
no, no me cuentes de las comisuras de tus labios,
o cuentame en silencio,
cuentame si se elevan o descienden cuando en tu memoria aparezco.

Ayúdame, ayúdame a cargar todos esos bloques de hielo,
pongámoslo sobre el reloj.
Dame una mano, coloquemos aquella capa invisible justo sobre la aorta,
ocultemos aquel rojo órgano por un tiempo,
ya lo descubriremos en su momento...


No te desvanezcas hoja querida
no te desprendas de tu árbol bajo una otoñal excusa
deja que el viento te mueva,
deja que tus colores cambien pero no saltes hojita, no saltes
ya que disfruto ver el tantaneo,
el vaivén de tu delicada consistencia.

No me digas nada del tiempo, no de distancias,
no soy tan buena en los números,
tan solo conozco ocho
no me digas nada que tenga que ver con algo,
ni me digas algo que tenga que ver con nada,
que no quiero saberlo. (miento, dimelo todo).

Tengamos cuidado, las estaciones cambian lenta, pero paulatina,
y cada una tendrá su propio sonido...
Cuéntale al viento de tus mas profundas pasiones,
que el mismo viento me lo susurrará acompañando mis pasos.

Una cosa mas te pido, aún no te vayas, porque aún no has llegado.

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