Tuesday 4 May 2010

Carta a Lucía Maya


Lucía de Fantasía:

Hoy me levanté con tres pies derechos y uno izquierdo, hize mi meditación acostumbrada, arreglé mi espacio vital, desayuné cereal de cuadritos con plátano y subi a mi estudio de nuevo con un cafesito cuyo cual decoré con arándanos y arrojé
una almendra en el fondo de la taza...

Mientras el día se reflejaba en mi ventana, me puse a pensar que a mis 23 años todo estaba maravilloso, me puse a pensar que hay muchisima gente aqui viviendo, y no creo en las jerarquias sociales, si no mas bien considero que hay gente con intereses mas sublimes y profundos que otros. Y entonces unas ganas tremendas de comentarlo con alguien me entraron, alguien me dijo una vez que si decidia compararme o seguir un ejemplo, debía seguir a los grandes.

Asi que no es que menosprecie a mi vecino de al lado, pero supongo que contigo tengo mas en común.. Me dieron ganas como de charlar con alguien que se dedica a lo mismo que yo, pero ya totalmente consumado. Pintar pensamientos, todo lo que pintas, los personajes, son ideas que se construyen creo yo a partir de la vida diaria. Y es que aveces camino al trabajo o a algun lugar, me doy cuenta que me encuentro en un
extasis total al mirar como pequeñas cosas de la vida suceden por doquier, un dia me dediqué a narrar todo lo que sucedia, desde como una hoja en el suelo
se movia, hasta cada olor, cada persona que pasaba sus ademanes, y entré como en una esfera extraña llamada PRESENTE:..

Entonces quiero saber como es un día de Lucia, quisiera saber como eras a tus 23 años, si acaso te levantabas temprano, o tarde y desayunabas una quesadilla con frijolitos y mientras lo hacias en tu mente el tenedor bailaba al compás de los pajarillos de algún bello jardín..
Quisiera saber si tienes la vida que te imaginabas, y cuales eran tus miedos, tus inquietudes, o el talón de aquiles que todo mundo tiene..
Y bueno, quisiera saber también si no crees que soy muy atrevida, que haces un día cuando no pintas, que haces o que piensas mientras
estás 20 minutos antes de dormir.

No me disculparé por mi atrevimiento extraño hacia ti, porque no lo lamento, se que comprenderás que hay gente curiosa que le gusta la retroalimentación.
En fin Lucia, para que no sientas que le contestas a una extraña, me presentaré: yo soy Roxy, una chica morena que se acompaña de verbos en su vida tales como:
Pintar, equilibrar, correr, dibujar, diseñar, pensar, silenciar, amar,
aprender, mejorar, sentir, expresar, superar, viajar.

Te adjunto una pintura, en vez de una fotografía para que me conozcas por medio de lo que hago y no por medio de un disfraz llamado cuerpo.

Respuesta de Lucía Maya:
Hola Laura,
mil gracias por tu carta tan poética y hermosa, ¿de dónde eres?
Te mando un cuento.
Lucía Maya

LOS AMANTES


Llegaron repentinamente y me hablaron todos a un tiempo de nuestras pasadas perversiones, nuestras noches de lujuria, las riñas, mi violencia y mi intolerancia.


Se fueron desentumiendo y me abrazaron con lascivia, recordamos los momentos mórbidos cuando me perseguían por todas partes, jugando entre las niñas, las muñecas, los gatos y los cerdos. Copulando todos, insaciables entre las sombras gruñendo junto a la cama, mordiendo las sábanas, jalándome por el pelo.


Rozaban las plantas desnudas de mis pies con sus colitas retorcidas, obligándome a levantarme con violencia para atenderlos uno a uno a cuerpo de rey.


Demandantes e insaciables ultrajaron mis recuerdos. Los tomé por el cuello y los obligué a mirarme retándolos en silencio, permitiéndoles lamer sólo la punta de mis dedos.


Mis amantes viejos salieron de los armarios, tuve que acicalarlos y lustrarlos…


Han vuelto, empolvados, ardiendo en combustiones de carboncillo, con sus miradas ausentes, de expresiones posesas, grisayas de melancolía. Revestidos de líneas puras, nerviosas y a veces tambaleantes, inseguras pero provocativas plumbaginas etéreas, deslizantes entre sombreados entrelazados volvieron tenaces a mi mano.


Bosquejos inmediatos de penumbras, contornos de puntas afiladas, agudas y hendidas sobre la blanca pureza de papel. Puntas de plata de huellas indelebles, improntas de grafito, no se detuvieron ni un instante, pensantes ni calculadores entre mis dedos.


Así han vuelto implacables y sin piedad, mis viejos amantes: lápices papeles y borradores. Han poblado de grises sutiles y negros profundos, las niñas de mis ojos.


Lucia Maya.

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