Wednesday 7 July 2010

seventeen



Irónico todo. Irónicas palabras donde llenaba a Valerie de un positivismo mental. Donde me sentia y ahora corrijo, siento afortunada de cargar en mis brazos, mis manos, mi cuerpo, mi cabello y mis pensamientos con una ráfaga muy iluminada de suerte, buen karma. O como guste usted llamarlo. Llego a “casa” (ahora me permito ponerle comillas a esa palabra) donde dicha palabra envuelve tus pertenencias por un periodo de tiempo, te llegas a acostumbrar a sus recovecos.

Bueno, antes de llegar a casa, subo los 17 pisos en menos de 17 segundos, y en 17 palabras ella me explica que debo mudarme, que mi ciclo aquí está pronto a cambiar. Y por dentro ya lo sabía. Y confirmo una vez mas que el cosmos nos escucha. Hay cosas que pedimos en silencio, que no nos percatamos siquiera que lo hacemos. Pero si que lo hacemos.

Entonces en un momento pude ver mas allá de la persona que me hablaba, y de la otra que cocinaba una barrera contra mi... Los dos como marcando una fina línea invisible. Donde comprendí que mis palabras tenían eco. Toda esa tarde que hablé con Valerie acerca del Karma y de las cosas que uno pide. Entonces todo fue mas claro, y en una noche larga me intoxiqué de cigarrillos, palabras con tintes rojos y de páginas web.

Entonces el tiempo me pasó rápido.
Entonces esta mañana ellos habrían partido hacia alguna playa inglesa, y yo sola en casa, decidí no correr mis piernas, decidí cerrar mis ojos hasta pasadas las 11. Y tomé un baño, y pinté mis ojos color negro estrellado. Enrizé mi cabello y lo peiné de lado.

Por primera vez salí temprano. Tuve tiempo bastante para correr presurosa por puro gusto por el underground, pretendiendo formar parte del sistema de prisa inglés. Bajé del tren y subí ala ciudad. Un cielo me regalaba un gris cálido, casi azuloso.
Giré a la derecha y entre edificios vanguardistas y con 20 minutos libres coloqué mis audifonos en mi corazón. Saqué mi estuche donde guardo mis herramientas, e inspirada bajo tonos musicales nostálgicos lanzé unas lineas, amarillo, sepia, rosado fueron mis tratados. Y en un momento ahí, con las preocupaciones sobre mi espalda, me sentí efímera, me reí de ser humana. Y bajo un “gracias” al aire, disfruté mis 20 minutos y mis dos canciones.

Después llegué al trabajo, charlas y saludos, un poco más acostumbrada. I realized that nobody was going to tell me what did I have to do there. Es una organización muy pobre la que tiene ese adinerado sitio. En momentos mi mente en blanco tuvo tropiezos. En otros momentos mis manos traducian lo que los alcohólicos costumers deseaban. Y me volví white house, y me volví gin and tonic, y me volví vaso y me volví copa. Y aunque dudé en momentos, no me sentí culplable, ya que son cosas cuyas cuales no tenía conocimiento. Terminé la jornada. Tomé un tren y luego un autobus. En el tren, Mahatma Gandhi se hizo presente: THERE IS MORE TO LIFE, THAT INCREASING ITS SPEED. entre Liverpool St. Y Bethnal Green, Cinematic orchesta me regaló un lúcido instante, donde las voces de embriagados personajes se difuminaron, se opacaron. Cerré los ojos ahí de pie. Y mis ojos lloraron por dentro, no era tristeza, no era alegría, era sentir todo de golpe. Era agua fría un poco tibia, sin hielos. Y comprendí que no había nada, absolutamente nada que temer.

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