Thursday 15 April 2010

Je suis- we are - tengo

Escribo y escribo, describo. Dictan las palabras presurosas por hablar, el cómo es que yo vivo. Cómo es que todos viven.
23 Años y con la frutal obsesión de un tratado donde los protagonistas serán palabras tales como: Segundos, canciones, semillas, porciones. Felicidad fugaz pero verdadera, sacrificio, la espera, presente de nuez Y cómo que no es!! Silenciosos lapsos de 30 minutos, inciensos que acumulan el ollin en estas ventanas.

Soy la familia Valadez, Un padre con una bola en el brazo, una madre zanahoria, un hermano loco, borracho y loco que construye barcos de madera, para poder algún día zarpar hacia la cordura. Soy una hermana con sueños y llantos de infante, y una hermana con nariz nueva, audaz para los rompecabezas. Y soy yo misma, un saco de ideas. Mujer en proceso de un algo. Amante de pequeños sonidos amplificados, con la palabra PACIENCIA grabada en la frente; con 6 trozos de madera llenos de pintura, con un casette y un botesito contenedor de gises, una historia de amor inventada. Y un boleto de avión que va directo a otro planeta. Con los planes todos como sobre un embudo que lleva a otra palabra: CRECER.
Tengo una computadora, está aqui a mi lado. Cerrada, para poder abrir mi corazón y mi diario. Tengo a la noche y al día de mañana, que lleva escrito sobre la luna pintada, desdibujada: ESPERANZA
Soy el cigarro que me fuma, el cliché del inspirado. Soy estas ansias locas de pintar lo inpintable, de mirar lo invisible. Soy un despertador que me reta a diario, soy los minutos que corro sudando. Soy el planeta delicadamente peligrando. "Y se nos va la vida" Soy un horario inventado, alfabeto creado. Soy la morusa mi perra que asemeja un trapeador podado. Soy el tercer piso de mi guarida donde todas, toditas las noches cuestiono, razono y enloquezco. Soy la ilusión de ser fuerte, llevo conmigo la Insoportable levedad del ser que Kundera me ha regalado, soy Maga y soy Morena. O los amigos que me han olvidado. Soy una actriz de reparto, un vector pixeleado.

La tradición del escribano, donde tiene un inicio, un clímax donde las palabras se escriben solas, y, después de un tiempo, la pluma descansa, jugando a las sombras sobre el papel, y es ahi, donde el cigarro se acaba, se predice un final esperado, donde la hoja nos pide conclusiones, respuestas, el PARA QUÉ de la catarsis.

Pero sigo, y me deleita tanto el momento como me deleita una buena película francesa. Tengo una cierta certeza: Que un día estaré lejos repasando estas ya viejas letras, comiendome sensualmente una cereza.

Música, que escucho a diario, mientras acompaño el sonido con actividades. Todo lo que hacemos lleva consigo su propia canción. Incluso el silencio tiene su ritmo. La nostalgia del humano, y el tiempo que pasa, como la ciruela pasa.

He cambiado, como cambian los niños cuando se hacen adultos, como cambian los grandes cuando se vuelven pequeños. Mi cuerpo ha cambiado, los disfraces mutado. Cambiaron los paisajes, los personajes, también los parajes. Y todos, toditos los días con toditas sus lunas los he de pasar pensando, contando y cantando. Y, dejado el drama, veo mis ayeres como viejos capítulos recapitulados. Y como un animal salvaje, domestico solita mi locura. En vilo, en la cuerda floja, en zancos sin mirar hacia abajo, como peregrina, caminando.

Pero corro, corro para llegar a tiempo, a tiempo para no cansarme, a tiempo para merecer el día. Me gusta, me asusta, voy dosificando energías.

Y el amor? Pausado, para que no vaya a ningún lado. Que se quede aquí, en el aire, que el amor esté en lo que cocino, en lo que diseño y pinto, en el reflejo de mil espejos, en la gente que miro a las 3 de la tarde, todos iguales, con su cabeza en todos lados, su destino marcado, ocasionado. La gente no mient, no puede esconder su humandad, su animalidad. Y el ego? También es nuestro invitado. Jugamos a ser alguien, alguien que hace algo, para tener algo que nos provoque algo que compartir a alguien. Palindroma humano.

Todo lo que hacemos. El arte del universo, sección aúrea que divaga en pensamientos. Podemos llegar a ser tan primitivos, engullir comida y reproducirnos, y contar con asuntos escatológicos, podemos morir y matarnos. Pero, podemos sublimarnos también, cuando inmortalizamos un ocaso otoñal un martes cualquera. Somos especiales, espaciales, cuando olvidamos ser egoistas, cuando reimos desde las entrañas, somos hermosos cuando saludamos cordialmente, cuando tratamos de SER HUMANOS. Todo vale la pena cuando lo intentamos.
Me gustan mis 23 años, porque se que no son eternos, me gusta el agua porque me refresca, me gusta el sonido al morder la manzana, me gusta el sonido de una mujer caminando cuando entaconada baila el ritmo de la ciudad, pero también disfruto el sonid de unos pasos sobre las piedras trazando un camino, amo el sonido de unas rocetas de maiz brincando locamente en intervalos de tiempo, amo comerlas, amo sentir las semillas entre mis dedos en el mercado, amo recordar que tengo plantas y que como yo, gozan de ser refrescadas. Me saborea el sonido fusionado con el olor a croquetas que le sirvo a morusa, unas 3 veces al día, y qué decir del sabor del té por las mañanas cuando nos cae a todos un sol mejorado. Amo lo inesperado, y recibir lo esperado. Disfruto cuando se me olvida el tiempo, y en pinceladas lo convierto, amo haberme encontrado una cámara y tener el placer de usarla cuando mis ojos sensibles quieren detener el tiempo.

Me gusta que la primavera me haga voltear hacia arriba, donde los amarillos arboles me hacen suspirar embelezada, me gustan los arboles cuyas ramas presumen galantes flores rosas, ya que inmediatamente me transladan a paises de oriente.
Y que decir de la carretera, esa pista gris interminable, ir sobre 4 ruedas, tragando el camino. El presente moviendose conmigo, el adonde voy y de donde vengo....

1 comment:

  1. Me encanto simplemente encantadora de mentes y serpientes

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