Saturday 9 April 2011

alarmas mentirosas.

Enfoque perpendicular: sombrero de plumas, labios confusos, cabellos.
Scanner de un pálpito. llamadas fijadas a las 4.30. Dos pisos, natural.
Un calor que quemaba, corazones al fuego. Ventanas abiertas. Error verdadero
Atención desentonada, por corazón distraído.
Invitado secreto, escondite planeado.
Trozos de tela magenta, muy cerca del turquesa. De nuevo. Candado. Alarma.

Caminos sin pasos, en busca de un sol, fotosíntesis gastronómica.
hortalizas con humo. Charlas con ojos, brillos y perfiles. Palabras no dichas.
Ojos intrusos, disimulantes.

Decisiones y tiempo, hora y llamadas. Cafés ocultos con velas fragantes.
Bebidas y decisiones, se nos iba la hora.
Palpito en los nervios, siento los tuyos. Fundimos en tacto, lo inefable.

Nos damos cuenta, y no lo decimos.
colocas un adiós con tus dedos, emprendo camino apresurado.
Salgo, llego a donde llegan los elefantes y castillos, lugar obscuro,
sombras de luces de alcantarillas, la noche era joven, aún.

Dispositivo que avisa llegada. Mensaje inesperado.
Alarma mentirosa ha sonado. Palpito en futuro, pasado.
Adquiero dos latas, se vierten en sangre. Me fumo mi excusa.
Llego, rodeo, camino y espero. Te aviso y me comfortas. Te olvido de a tiempos.
Entro a aquel bullicio donde sirven las copas. Observo a los personajes.
Quieta miro dibujos un poco animados, no silenciosos.
Los hombres bailan al ritmo de viernes.

Me decido y es tiempo, acudo al lugar. Observo sonar mi mentira, miro que el viento
ha sido el intruso, pertenencias siguen ahi, me aterro en palabras, suena la alarma, huyo, regreso.

Llega el con el corazón en sus manos, llegan los dos, preparados. Yo ya lo sé todo.
Ellos no saben nada, una mentira que lleva a la otra. Un silencio cobarde.
Una falsa imagen de aquel sombrero, cubre las mentiras, de una ventana rebelde.
De un invitado prohibido, de una llamada en pereza.

Ellos calculan, especulan, llegan los policiacos hombres, preguntan investigan,
me preguntan de nuevo, mi cabeza lo niega, me fumo mi miedo. mi cobardía.
El siente un alivio material, le regalaron millones aquella noche. Donde esperó lo peor.

Cosas buenas surgen, el otro es pagado, recompensado. Una charla nocturna, de madrugada.
Planes futuros, seguridad reafirmada. Me ofrece su casa, su llave su confianza. Y callo.
Me deja en el cruce, observo otra alarma mentirosa, esta vez con sangre.

La ciudad está en llamas. Las alarmas suenan, mentirosas.

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