Esta era una vez un bebé llamado Olis que nació una tranquila mañana en el campo.
El día después de su nacimiento su madre entregó a su hijo a otra mujer, y nunca más lo volvió a ver. Esa otra mujer cuido de la cría un solo día y en la madrugada siguiente lo dejo en brazos de su vecina... tampoco lo volvió a ver...
La vida de este pequeño fué pasando de brazo en brazo, cada día que pasaba estaba con una nueva persona que cuidaba de él solo por un día, y después esa persona lo entregaba a nuevas manos para nunca mas volver a ver al pequeño Olis.
Así transcurrio su infancia el pequeño Olis, aprendiendo día con día a reconocer el nuevo rostro que cuidaría de él, aprendio rapidamente a acostumbrarse a los olores de un nuevo hogar, de nuevas voces y nuevas enseñanzas, también se acostumbró a decir adiós todos los días, Olis no sabía bien lo que pasaba o porqué pasaba, pero se adaptó a esa extraña forma de vivir la vida. Todos los días la familia entregaba al pequeño a otras manos, unas veces llegaba a casa donde vivía una linda familia, otras veces le tocaba un viejecillo que vivía solo, algunas otras una cariñosa y joven mujer, pasó de casa en casa, después de rumbo en rumbo...
continuará
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