Wednesday, 15 September 2010

Señor Cigarro. ( Os debo la ilustración)

Señor Cigarro:
¿Hola como está usted?
Me pregunto de pronto, porque le hablo de “usted” a alguien tan cercano, alguien al cual le cedo el derecho de tocar mis labios, mis manos y el interior de mi cuerpo
(¿ Mi ser? ).
Aún así, lo siento a usted ajeno, como un extraño al que le ofreces amablemente un vaso con agua, pero no le ofreces tu cama, por ejemplo, o no le ofreces la contraseña de tu correo electrónico, así es que, sin más preámbulos continuaré dirigiéndome hacia su persona con el frío “usted” que “usted” se merece.

Lo extraño un poco, no mucho, incluso cuando acabo de verlo, sentirlo, tocarlo, respirar su aliento casi tan cerca que se vuelve el mío, pero algo dentro de mi me deja una sensación extraña, como si nuestra relación no diera para mas, como si lo nuestro no estuviera funcionando como yo lo imaginaba, incluso cuando sé lo popular y concurrido que es usted…. es usted el cliché del enamorado, del filósofo, del trabajador cansado que acude a usted para acompañar sus 5 minutos libres de “vida”, es usted a quién acuden los que esperan la llegada del autobús , o al final de una buena obra de teatro, es usted al que acuden aquellos que no tienen las agallas de enfrentar una situación desnudos y deciden aspirarlo dejando una estela interesante en el ambiente, es usted tan popular que lo encuentro a todas horas, en casi todas las bocas, y banquetas, en casi todos los momentos usted encaja perfecto, incluso aquellos momentos donde las condiciones atmosféricas son extremas, la gente encuentra la manera de guardarse el frío y la lluvia en sus bolsillos para tomarlo, y aferrarse a ese trance que dura si tan solo 5 minutos, para que después lo arrojen a usted a la calle, achicharrado, quemado, sucio y malgastado, dibujando en la calle un paisaje mal trazado.


Me pone usted en una situación incomoda, porque, mientras lo fumo una vez más, trato de entender porque me atrae tanto, cual es la parte del ritual:
“ sostenerlo, fumarlo, sostenerlo, apagarlo ” que es lo que hay en usted tan interesante que me llama a gastar mis monedas, es acaso su químico contenido, o la sensual manera en la que baila el humo, o será acaso o la falta de alguna otra actividad pasajera mas natural e interesante, o será entonces como una de esas relaciones amorosas donde no hay nada mas que la acostumbrada costumbre de verse todos los días… ?
Trato de entender como es que dejo entrar a un extraño como usted a mi cama, y como es que le doy la contraseña de mi cuerpo, para destruirme lentamente, casi imperceptiblemente, como es que permito que una insignificante medida de 8 centímetros de largo, con 4 milímetros de ancho, me provoque cansarme al minuto 44 en mi rutina del trote, cómo es que permito que su olor percuda mi ropa, mis pulmones, y como es que permito que alguien cuyo cual ha tomado ya demasiadas vidas en las mas agónicas y crueles maneras tome la míaa también poco a poco.
Creo que el gobierno no hizo bien su trabajo, lo encerró a usted detrás de ese circulo rojo con una diagonal enfrente creyendo que eso sería suficiente, sin saber que la gente podría sacarlo de ahí por entre los huecos, el gobierno pensó que prohibiendo su entrada en los lugares cerrados haría que usted se extinguiera totalmente, supongo que olvidó que siempre hay una puerta por la que los viciosos salimos a encontrarlo con una facilidad increíble. Pensaron que fotografías crudas y poco estéticas de tumores de gente que ha muerto por su causa haría que el susto de visualizar su propia imagen en un paquete de cigarrillos les haría comprar una botella de agua instead. Pero no, la imagen se guarda en los bolsos y bolsillos y maletines, es ignorada, y creemos que la imagen de alguien sosteniendo rebeldemente un cigarrillo es un poco más interesante…
Pero si usted no es tan malo, es natural, proviene de una planta, nuestros antepasados lo fumaban en pipas sagradas, oh claro, pero en sagradas ocasiones, con sagradas intenciones, así que no lo justificaré entonces…
Como con todo, la sociedad produce por el simple hecho de producir productos improductivos, como en todo, llenamos de plástico nuestras plásticas casas, llenamos de químicos lo natural, hasta desnaturalizarlo, es por eso que usted es falso, tan solo provoca una saciedad que realmente es insaciable, pues esa saciedad proviene del interior, y no de un insignificante ser como usted. Ahora voy a la cama, sintiéndolo de nuevo cerca, prometiéndole a mis pulmones dejarlos descansar tan siquiera esta noche… Espero mañana acudir a la tienda y ni siquiera ver su fotografía encarcelada, ojala que dejase de existir y que lo suplanten con algún otro producto meramente natural.. y que, la magnificencia del ser humano se hiciera presente, al adaptarnos a su ausencia ya por siempre. me voy a la cama Esperando encontrar en mi onírico mundo una razón suficiente para mañana no invitarle ni siquiera un vaso con agua…

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